martes, 31 de agosto de 2010

Ventajas de la TDT (la TDT, ese gran invento)

LOS ARTÍCULOS DE "EL POBRECITO HABLADOR"
(IV: 2010)



Juan Gómez Capuz



VENTAJAS DE LA TDT
(LA TDT, ESE GRAN INVENTO)

A principios de abril se completó en todo el territorio nacional la implantación de la televisión digital terrestre, más conocidas por sus siglas TDT. Según sus propagandistas, este nuevo modo de recepción de la señal televisiva permite una mejor calidad de imagen y una mayor oferta de canales de los que se disponía hasta ahora. Ahora bien, pasados ya unos meses desde la llegada de la TDT a las grandes ciudades, nos podemos preguntar si realmente esta innovación ha supuesto una verdadera mejora de la oferta televisiva. En otras palabras, ¿qué tipo de canales son los más habituales en los formatos estándar de la TDT? (exceptuando, por tanto, a aquellos consumidores que disponen de otros tipos de canales de pago).

Si nos fijamos con detalle, veremos que una de las grandes “novedades” de la tan ansiada TDT ha sido la proliferación de canales fachas. Se trata de canales de orientación ultraconservadora cuya programación se basa casi exclusivamente en “falsos debates”. Y digo “falsos debates” porque no se trata, ni mucho menos, del esquema que estamos acostumbrados a ver en programas como La Noria, de Tele 5: en La Noria encontramos un debate acalorado y violento, casi a muerte (como en OK Corral ) entre dos bandos de tres ¿periodistas? cada uno, como si se tratara de una versión bonsái (o quizá banzái ) de la Guerra Civil española, como si fueran las dos Españas; hay que reconocer que la mayoría de estos tertulianos se ganan el sueldo, más que por las ideas que defienden, por el modo como las defienden, chillando, gritando, insultando y amenazando con marcharse del plató. Y casi siempre son los mismos: Copito de Nieve, Mini-yo, el Delfín, MAR, la Maripuri de colegio de monjas, el Fotógrafo y alguno más que normalmente calienta banquillo, a los que debemos sumar un moderador que más que moderar se dedica a ir de vedette y sólo se escucha a sí mismo, pues debe de tener una autoestima muy alta. Todo lo contrario sucede en los “falsos debates” de los canales fachas de la TDT: aquí también encontramos seis tertulianos, pero no se enfrentan apenas porque los seis son del mismo bando y lo que hacen es sumar argumentos a favor de la misma causa; aquí también encontramos un moderador que más que moderar se dedica a echar más leña al fuego, que resulta ser el más cañero de los siete, sobre todo si se trata del jovencito moreno y atildado con apellido similar al pueblo natal de Hitler. Si los debates de La Noria te producen un subidón de adrenalina y la adhesión clara a alguno de los dos bandos, los falsos debates de los canales fachas te hacen desistir de cualquier tipo de oposición ante la pléyade de argumentos en un solo sentido. Me recuerdan al refrán “si no puedes con tu enemigo, únete a él” o, más aún, a aquel chiste de Gila: “Iba yo con mi mujer por la calle y vi a cuatro grandullones que le estaban pegando a un hombre canijo. Y le dije a mi mujer: ¿me meto o no meto? Me metí y entre los cinco le dimos una paliza que no veas”. Es decir, que si ves a menudo estos falsos debates de los canales fachas, al final acabas pensando exactamente igual (no toleran la menor disidencia, como paradójicamente ocurre también en la izquierda más radical) como esos siete tertulianos sin piedad.

Si decides zapear en la nueva TDT para huir de los tertulianos fachas, lo más probable es que acabes en un canal de teletienda, es decir, un canal que se dedica las 24 horas del día a anunciar los productos más inverosímiles con la excusa de que son esenciales para la vida cotidiana o que te garantizarán el éxito y la felicidad. Lo curioso es que aunque te sumerjas durante un día entero en un canal de teletienda, verás siempre la promoción de los mismos productos, cuyas virtudes acabarás aprendiéndote de memoria. Sin duda alguna, mis favoritos son el Jes-Extender, maravilloso artilugio copiado de las tribus africanas y amazónicas que te permite obtener lo que la Naturaleza no te ha dado y Salamanca no te ha prestado; la baba de caracol, viscoso subproducto de los gasterópodos que por lo visto vale tanto para adelgazar como para mantener un cutis joven y firme; y, sobre todo, la variada gama de dietas milagro y artilugios gimnásticos anunciados con convicción por actores olvidados de tercera fila y famosillos de realities venidos a menos. Los actores y famosillos citados son también los protagonistas de los extraños concursos de madrugada con preguntas dificilísimas (concursos que también ocupan toda esa franja de ultimate time en canales más convencionales como Tele 5 o La Sexta), generalmente reforzados por starlettes de regional preferente que lavan la ropa en agua caliente y luego les queda un par de tallas más pequeña.

Pero lo que, sin duda, más me fascina de la maravillosa oferta que podemos encontrar en la TDT son los canales de radio donde sólo se escucha la voz (el audio dirían los pedantes) y la pantalla se queda completamente en negro (un fundido en negro dirían los pedantes). De nuevo me viene a la mente un chiste de Gila, que hablaba de un pariente suyo que pretendía inventar la radio en colores: se pasaba el día dando frenéticos brochazos de pintura al aire y diciendo “el día que pille la onda, verás”. Porque, vamos a ver, ¿quién es el lumbrera capaz de aguantar una hora escuchando a los tertulianos de la radio (que además son mucho más peligrosos que los de la TDT) sin ver absolutamente nada en la pantalla del televisor? ¿Un friki siniestro o gótico, quizás, que siente veneración por el color negro? ¿O alguien que quiere recordar los momentos en los que se ha ido la luz y nos hemos tenido que contentar con la voz que salía de un modesto transistor de pilas? ¿No sería más consecuente apagar del todo la tele y encender la radio?

En fin, estos son los avances y las ventajas que nos ha traído la TDT, ese gran invento.

1 comentario:

  1. Qué razón tienes PH. Pero se te ha olvidado mencionar las frecuentes nubes de cuadritos que nos regala el aparatito así com las desconexiones que nos dejan descansar de tus nombrados programitas.

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