domingo, 21 de junio de 2015

Sobre tuits ofensivos, antisemitas y la necesidad de hacernos mirar nuestro "timeline" (Je m´accuse)

LOS ARTÍCULOS DE "EL POBRECITO HABLADOR"
(IX: 2015)

Juan Gómez Capuz

SOBRE TUITS OFENSIVOS , ANTISEMITAS Y LA NECESIDAD DE HACERNOS MIRAR NUESTRO "TIMELINE" (Je m´accuse)

Todavía estoy consternado por la noticia que leí esta semana en el fiable periódico El Mundo Today: “el presentador Jordi Hurtado ha sido despedido por un tuit injurioso que envió en 1610”. Después de investigar en diversas fuentes, he averiguado que Jordi Hurtado (cuyo verdadero nombre es Matthias Corvinus) no solo se burlaba de la ludopatía de Felipe III sino también, y en especial, del propio Miguel de Cervantes por haberse demorado tanto en la publicación de la segunda parte del Quijote y dejar que se le adelantara un tal Avellaneda (la verdad es que se te adelante un equipo de fútbol argentino tiene delito).

Esta misma semana, en el debate de La Noche en 24 Horas, varios colaboradores admitían que, tal como está el patio con lo de los tuits ofensivos (prefiero el twist), todos tendremos que hacernos mirar nuestro timeline (hasta ese momento, yo pensaba que “Timeline” era una canción de Alan Parsons). Es decir, que las barbaridades que uno dice hablando se las lleva el viento (a no ser que te graben a traición), pero lo escrito escrito queda. O como decían ya los romanos, verba volant pero scripta manent. Pero dejemos a los romanos, aunque leímos y oímos sus historias, y volvamos a la actualidad de lo que los vascos llamarían “vaya semanita”. Por culpa de los tuits de Zapata (¿lo eligió Pablo Iglesias sólo por su apellido o tiene alguna cualidad que aún no hemos sabido apreciar?), ahora estamos todos bajo sospecha. En cuanto a Twitter, yo estoy muy tranquilo, porque aunque estoy registrado, nunca lo he utilizado (140 caracteres son muy poco para mí, como saben mis lectores habituales). Pero en Facebook he sido muy activo, con comentarios concisos e incisivos, aunque creo que los que nos expresamos por Facebook nos contenemos más que los que lo hacen por Twitter, ya que al disponer de más caracteres puedes matizar mejor tus ideas. Pero el cuerpo del delito está en mi blog de mis “Artículos de El pobrecito Hablador”. Me he leído en tiempo récord los 57 artículos para “hacérmelo mirar”, por si en algún momento había ofendido a alguna persona o colectivo y así aprestarme a esperar estoicamente en mi casa la llegada de la Gestapo de lo políticamente correcto. Y la verdad es que estoy muy “tranquilo”, porque en esos 57 artículos que siempre quedarán por escrito me he burlado y he criticado a todas las personas y colectivos habidos y por haber, con lo cual al menos puedo esgrimir la eximente de no ser sectario. Y también puedo aducir otra eximente: frente a los tuits ofensivos, descarnados, de juzgado de guardia, que se han puesto sobre el tapete estos últimos días, mis críticas en Facebook y en mi blog, aun siendo duras, conservan cierta elegancia, cierto aire de “estocada limpia”, como si el belicoso humor español se viera atenuado por la sutilidad del humor inglés y ciertos toques surrealistas.

Lo paradójico es que quienes hoy más se la cogen con papel de fumar y se ofenden por casi nada son colectivos que hace 30 o 40 años estaban en las catacumbas pero que ahora, con todas las leyes a su favor, se han convertido en los “putos amos” de este país. Parece que la “tolerancia” que hace tiempo pedían, con toda razón, para ellos, ahora no la aplican para los demás.

En todo caso, tenemos que “hacernos mirar” lo que hemos escrito y hacer también un “acto de contrición” en plan “yo me acuso”. A eso voy.

Yo me acuso de haber criticado al Estado de Israel, sobre todo bajo los gobiernos de la derecha nacionalista de yujuyuju Netanyahu (aka Bibi, para disgusto de Almodóvar). Pero la crítica de esa forma de actuar, anteponiendo la seguridad a la paz, nunca ha dado paso en mis escritos a diatribas antisemitas. Tan sólo me limité en un caso a manifestar la paradoja de que cierta derecha dura española sea ahora tan prosionista cuando sus ancestros simpatizaron con los peores enemigos del pueblo judío. Además, siempre he manifestado mi admiración por la intelligentsia judía, en cuanto a pensadores (excepto Chomsky), músicos, la mayoría de los cineastas y todos los humoristas (por los cuales siento gran empatía). Por ello, me alarman sobremanera los comentarios abiertamente antisemitas de ciertos cachorros de la extrema izquierda que no saben distinguir entre los gobiernos de derecha nacionalista de Israel por un lado y el pueblo judío por otro, con lo cual acaban formulando consignas neonazis y empleando un humor más negro que los uniformes de las SS. Además, estos cachorros mordedores deberían recordar que también es derecha nacionalista y autoritaria el régimen de Erdogan en Turquía y no digamos el de al-Sisi emperador en Egipto, firmando más sentencias de muerte que un dictador de opereta.

Yo me acuso de haber criticado a Podemos, sobre todo en cuanto a su génesis en un mundo universitario viciado por la endogamia, la radicalidad y la uniformidad ideológica. También he criticado sus proyectos jacobino-bolcheviques de asalto al poder, que darían para una novela al estilo de George Orwell. Y en estos últimos días he criticado las barbaridades de viva Zapata y sus ceniceros judíos (parece el nombre de un grupo de rock indie) y a la Gran "Maestre" de la Iglesia de Satán. Es sorpendente la cantidad de disparates y salidas de tiesto que han hecho en tan poco tiempo estos jóvenes cachorros de la izquierda radical, llegando a superar a las barbaridades de la derecha mediática de Federico, César Vidal o Paco Marhuenda, que ya es decir. Creo que ni siquiera Hermann Terscht medio borracho hubiera llegado nunca a estos extremos de mal gusto e inmoralidad.

Yo me acuso de haber criticado a amplios sectores del PP, empezando por Lovely Rita y terminando por el insulso Rajoy, aunque el objetivo de mis dardos más afilados siempre ha sido Aznar (y siempre lo será). En cuanto a los extraños cambios que acaba de hacer Rajoy en el aparato del Partido, apunto mi última pulla: los cambios se han quedado cortos porque no ha creado una Vicesecreatría de Vino y Chuches.

Yo me acuso de haber criticado, hace tiempo (hay quien ni se acuerda de su paso por la Historia), la deriva ultralaica, filo-gay y hasta cierto punto antioccidental de Zapatero, quizá porque conservaba un trauma de la educación que recibió en su niñez.

Yo me acuso, en una línea similar, de haber criticado con frecuencia a las ONGs occidentales (especialmente francófonas) que no creen en la civilización occidental y actúan a modo de quinta columna o caballo de Troya, poniéndose al servicio de otras civilizaciones donde los derechos humanos y, sobre todo, los derechos de la mujer, son auténtica ciencia ficción, aunque estas ONGs ven con gran simpatía este tipo de regímenes.

Yo me acuso de haber hecho en Facebook un comentario malicioso pero con gracia sobre don Juan Carlos tras su abdicación. Surgió la noticia de que don Juan Carlos estaría al menos 15 días sin blindaje ante el Tribunal Supremo, por lo cual cualquier ciudadano podía demandarle (aunque creo que al final el PP evitó ese “interregnum sine ferro”). Yo hice el siguiente comentario: “Esos 15 días sin blindaje los debería aprovechar Luke Skywalker con su caza”. Y me llovieron las críticas por parte de conspicuos republicanos que me afeaban la conducta por descolgarme con “una tontería tipo Star Wars” en lugar de hacer comentarios serios y "constructivos". Tan sólo un internauta de inquebrantable adhesión monárquica me criticó por realizar una analogía implícita entre don Juan Carlos y Darth Vader. Nada más lejos de mi intención, aunque si llevamos esa analogía hasta su límite, ¿quién sería ahora Luke Skywalker?

Yo me acuso de haber criticado a todos los implicados en temas de corrupción o aquellos que se han aprovechado del dinero público. Cuando salieron a la luz todos los chanchullos del arquitecto Santiago Calatrava, valenciano (no podía ser de otro sitio), hice en Facebook un comentario tan sutil y tan de humor inglés que casi nadie lo pilló y por tanto los internautas volvieron a criticarme por escribir tonterías surrealistas. Aprovecho este artículo de contrición para volverlo a poner y pido a los lectores que activen las presuposiciones correspondientes así como los conocimientos subculturales propios de los que tenemos entre 40 y 50 años. Mi comentario, sutil, absurdo y lacónico en apariencia, rezaba así: “es el peor de los tres hermanos”.

Todos estos son mis delitos de opinión.

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